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Foto del escritorAlfonso López Orrante

Se les olvida el impacto ambiental

México ha comenzado a sentir los efectos del cambio climático, con olas de calor que rebasan los 45 grados.



Pese a las fuertes lluvias, inundaciones, incendios forestales, sismos, pandemias, olas de calor nunca antes vistas en todo el mundo, parece que a los gobernantes el mundo sigue sin importarles los efectos sociales, económicos y de salud que están provocando estos efectos del cambio climático.

 

La semana pasada, Afganistán, Brasil, Indonesia, España y Canadá fueron una muestra de los efectos extremos de esa crisis ambiental que no parece tener un remedio en el corto ni mediano plazo, por el contrario, parece que los tomadores de decisiones prefieren ignorar el tema. ¡Es más fácil!

 

Desde que comenzó el año en curso, se estima que unas cuatro mil millones de personas salgan a votar en 50 países del mundo, entre los que destacan Estados Unidos, México, Venezuela, este último ha perdido todos sus glaciares, pero el presidente Nicolás Maduro está más enfocado en atacar a la oposición para mantenerse en el poder.

 

Maduro tiene todas sus fuerzas concentradas en ganar las elecciones del próximo julio, pero no ha reparado en que su gestión de 11 años ha provocado un éxodo de más de siete millones de venezolanos y ahora también los glaciares decidieron abandonar al país sudamericano, hasta cuándo se dará cuenta ese mandatario que cuando quite a todos los que le estorban ya no va a haber país.

 

En el caso de Estados Unidos la moneda está en el aire, el presidente demócrata, Joe Biden, tiene un proyecto de migración hacia las energías limpias, por ejemplo, se impulsa el uso de automóviles eléctrico, el uso de energía eólica, y se piensa en dejar de utilizar hacia el 2030 los combustibles fósiles.

 

Pero si se trata del aspirante presidencial republicano, Donald Trump, las cosas cambian radicalmente, él durante su campaña ha anunciado él reimpulsó del uso del combustible fósil para impulsar a la industria, de hecho, en su primer turno como mandatario de Estados Unidos, sacó a su país del Acuerdo de París, en otras palabras, es altamente probable que haga algo similar o peor.

 

En el caso de México, si hay propuestas ambientalistas, pero están escondidas en un reglón o dos de los discursos de todos los candidatos sean regionales, estatales o presidenciales, la prioridad es descalificar al rival y a su partido por lo mal que han hecho en el pasado, pero las propuestas del presente casi siempre brillan por su ausencia.

 

México ha comenzado a sentir los efectos del cambio climático, con olas de calor que rebasan los 45 grados, sin lluvias que provoca una sequía altamente preocupante, pero insisto, lo que quieren estar en el poder poco o nada les importa los efectos. Todos y cada uno de los candidatos han señalado que darán prioridad al medio ambiente, solo que no dicen de qué manera.

 

Hay más, el actual gobierno mexicano está muy alejado de las políticas ambientalistas, una muestra de ello es la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, se supone que estamos en el mundo en marcha regresiva para trasladarnos hacia las energías limpias, entonces no hay coherencia en la construcción sexenal de esa infraestructura, que por cierto ha costado lo triple de su presupuesto inicial.

 

Si vemos esta crisis en un plano más global, deberíamos detenernos para reparar y valorar el impacto ambiental que tiene la guerra de Rusia en Ucrania y la Israel en Gaza contra Hamas, puede ser que las causas de esas luchas armadas sean justificables o no, pero están generando un impacto ambiental que durará décadas.

 

En particular en Ucrania, la posibilidad de otro accidente nuclear es muy alto por los intensos bombardeos de un lado y de otro, ese país tiene varias plantas nucleares para consumo doméstico, pero su peligrosidad está siempre al filo de la navaja con un accidente nuclear que no solo afectaría a Ucrania, sino a toda Europa.

 

Además, en tiempos de guerra, la naturaleza sufre la degradación que dejan tras de sí las acciones militares. La tala de árboles o los incendios ponen en peligro la biodiversidad o los ecosistemas naturales, las armas arrojan gases tóxicos y partículas al aire y filtran materiales pesados en el agua y en el suelo, y las bombas provocan profundas marcas en los paisajes.  

 

A veces, la destrucción ambiental se debe a una estrategia intencionada. En la guerra de Vietnam, por ejemplo, el Ejército estadounidense roció con productos químicos vastas franjas de selva con el objetivo de devastar los bosques y de esta forma privar de protección a sus fuerzas enemigas. Por otro lado, la guerra civil en Mozambique, que se prolongó durante 15 años, hizo que el Parque Nacional de Gorongosa perdiera más de 90% de sus animales. 

 

Y seguramente en Ucrania y en la Franja de Gaza las cosas no serán muy diferentes, inclusive pueden ser peores por la modernidad de las armas que se utilizan hoy en día y el impacto que dejan en las infraestructuras, pero otra vez para quienes encabezan las guerras es más importante eliminar a su enemigo a costa de lo que sea, sin importar lo que se tenga que impactar.

 

India hoy está en plenas elecciones, es el país más poblado del mundo con más de mil 437 millones de habitantes, entonces usted puede suponer el nivel de contaminación, pero para el señor Narendra Modi, quien está a punto de cumplir 10 años en el poder, busca una nueva reelección, pero hoy está enfocado en seguir gobernando.

 

Modi anunció planes para alcanzar emisiones netas cero en 2070 y aumentar la participación de las energías renovables en la mezcla energética del país del 38 al 50 por ciento para 2030. Sin embargo, es importante destacar que el carbón sigue siendo una fuente de energía dominante en India, representando alrededor del 70% de su producción eléctrica. 

 

A pesar de ser el segundo mayor productor de carbón del mundo, India también importa carbón para satisfacer las necesidades de energía de sus industrias domésticas. El país enfrentó una escasez de carbón antes de la COP26 debido a la demanda industrial creciente tras la pandemia de COVID-19 y los altos precios globales del carbón. Este escenario refleja la compleja relación de India con el carbón y subraya los desafíos que enfrenta en su transición a energías más limpias.    

 

En fin, todos los candidatos andan en plena lucha electoral, pero todos sin excepción han marginado el tema ambiental, pese a que las inundaciones, deshielos, incendios y lluvias siguen dando señales de lo que se avizora, puede ser algo dantesco. O usted, ¿qué cree?

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