Latinoamérica es la segunda zona del planeta que más asesinatos registra contra periodistas medioambientales.
La región de Latinoamérica y el Caribe es donde más ataques contra periodistas medioambientales se perpetran en todo el mundo. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en los últimos 15 años ocurrieron 253 ataques contra la prensa que cubre esta temática.
Comunicadores independientes y periodistas adscritos a medios de comunicación que atienden problemas ambientales afrontan amenazas, censura, ataques físicos, psicológicos y cibernéticos por parte de actores gubernamentales y desde el sector privado, informa la UNESCO.
Latinoamérica es la segunda zona del planeta que más asesinatos registra contra periodistas medioambientales, como el caso de Abisaí Pérez Romero, periodista y activista que el 13 de febrero de 2023 fue hallado muerto en el municipio de Tula, Hidalgo en México, donde se encontraba investigando sobre el impacto socioambiental de algunas obras en el Valle del Mezquital.
Respecto a la muerte de Abisaí, el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) emitió un comunicado que detalla sus investigaciones sobre la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Atotonilco y los trabajos del Túnel Emisor Oriente, en el Valle del Mezquital, ambas obras cuestionadas por la población local”.
Pérez Romero es una de las 11 víctimas de homicidio contra periodistas medioambientales en Latinoamérica y el Caribe en los últimos 15 años.
Dentro del informe Prensa y Planeta en peligro, la UNESCO informa que en Latinoamérica y el Caribe es donde la prensa más documenta las problemáticas medioambientales. Los comunicadores de la región se arriesgan a múltiples tipos de ataques al cubrir protestas, conflictos por la tierra, temas de minería y combustibles fósiles, así como deforestación y contaminación.
A nivel global, los atentados contra la prensa medioambiental van en aumento. En los últimos 15 años se han registrado 300 ataques. 42 por ciento más respecto al periodo previo.
“Los reporteros que cubren temas medioambientales son los cronistas del mayor desafío de la humanidad y desempeñan un papel a la hora de hacer que los actores políticos responsables rindan cuentas ante esta crisis. Sin embargo, el periodismo medioambiental es un campo peligroso”, advierte el informe de la UNESCO.
El riesgo que enfrentan las y los periodistas que cubren esta fuente frecuentemente se cruza con actividades económicas lucrativas, lo que añade complejidad y peligro a sus funciones, alerta la organización.
“Cubrir temas como la tala ilegal, la caza furtiva o el vertido clandestino de residuos implica sacar a la luz acciones que están entrelazadas con economías locales y, a veces, internacionales”, subraya el documento.
Esto, indica el informe, suele provocar hostilidad en empresarios, pequeños operadores locales y organizaciones criminales, todos ellos con intereses creados en continuar sus actividades lejos del escrutinio público.
“Estas partes interesadas a menudo ven a los periodistas medioambientales como amenazas directas a sus operaciones (...) Se sabe que agentes estatales y privados, así como grupos delictivos, han intimidado, acosado o incluso dañado físicamente a periodistas con el fin de silenciar sus informaciones”.
Esto se suma a la precarización que viven los reporteros que atienden esta problemática, "pues a menudo se deja en manos de medios de comunicación pequeños y con escasa financiación".
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