Sin duda alguna, esta semana se conocerá el compañero de fórmula de Harris y eso también le dará un nuevo empuje a la campaña.
Mientras el mundo se vuelca sobre el megafraude en Venezuela que le dio el triunfo a Nicolás Maduro, el expresidente Donald Trump en Estados Unidos comienza a ver como la ventaja en las encuestas se le escapa de las manos, con todo y su viejo discurso antimigrante, al mismo tiempo ve cómo la demócrata Kamala Harris lo remonta sin que él pueda hacer nada.
Cuando el magnate competía contra el presidente Joe Biden, no paraba de calificarlo de inepto y viejo, pero ahora es él el inepto, viejo y mentiroso, inclusive le está pasando algo parecido a lo que le sucedía al Presidente, dice incoherencias como esa de que Kamala era india y se volvió negra por el voto de los afroestadounidenses.
La cosa no para ahí, también ha dicho que Kamala no ayudaría a los judíos, pero se le olvida que el esposo de Kamala es precisamente judío, sin duda el magnate ya está chocheando, y para colmo de males su compañero de fórmula, JD Vance, resultó una mala ficha, sin duda, es joven y tiene un discurso seductor entre los suyos, la derecha estadounidense.
Pero la fórmula republicana necesita atraer a los indecisos, el electorado en Estados Unidos está dividido en tres partes, una parte es el voto de los demócratas, una segunda parte pertenece a los republicanos y una tercera parte es de indecisos, está última no está cubierta por los republicanos, ellos le siguen hablando a su electorado.
Una mala señal, si se toma en cuenta que esta tercera parte es la que te da el triunfo en las elecciones estadounidenses, que esta vez se celebrarán el próximo 5 de noviembre, tan grave es la situación ahora para los republicanos que en casi todas las encuestas Harris ha comenzado a tomar ventaja, es verdad, mínima, pero hay que tomar en cuenta que tiene unas horas de haberse convertido en la virtual candidata demócrata.
Sin duda alguna, esta semana se conocerá el compañero de fórmula de Harris y eso también le dará un nuevo empuje a la campaña, el gobernador de Pensilvania Josh Shapiro, suena como el más fuerte, un personaje con un alto nivel de prestigio entre los demócratas, todo ello con el apoyo de las celebridades en Hollywood.
El respaldo de los principales referentes demócratas también se ha sumado a Kamala, estoy hablando de Barack y Michelle Obama; de Bill y Hillary Clinton; entre otros, esto ha convertido a la vicepresidenta en una candidata poderosa con fuertes posibilidades de convertirse en la primera mujer Presidenta de Estados Unidos.
Toda esta marea demócrata que está revolcando a Trump, no ha podido ser frenada ni con el respaldo indirecto que le ha dado la Corte Suprema al expresidente, beneficiándolo en el trámite de sus diferentes juicios, no podía ser de otra manera fue el mismo durante su mandato que puso a ese poder del lado conservador.
En lo que respecta a Maduro, las cosas tampoco le pintan bien, que la oposición se aferre a su triunfo electoral es una cosa, pero que el mundo se sume ante ese reclamo tiene tientes más importantes, sobre todo, porque el chavista no sabe cómo evadir la exigencia de presentar las actas electorales que, según él, le dan el triunfo.
Bueno, la verdad es que Maduro no es quien tiene que mostrar las actas sino la Comisión Nacional Electoral (CNE), pero pequeño detalle, esa entidad está bajo el control del chavismo y Tribunal Electoral está en las mismas condiciones, en otras palabras, no hay un órgano electoral venezolano que, de certeza, ¿entonces qué queda? Descalificar a todos los que no crean en esos resultados.
Primero que nada, no hay que olvidar que el “imperio yanqui” y el narcotráfico en su versión “Tren de Aragua” se inmiscuyó en las elecciones, para tratar de remover al pujante gobierno que encabeza Maduro, a esos dos enemigos se han sumado 8 millones de migrantes venezolanos.
Porque, según Maduro regresaron 15 días antes de las elecciones adiestradas para vulnerar la paz, el progreso y la tranquilidad de Venezuela, otra vez Estados Unidos hizo de las “suyas”, lo bueno es que el “Ejército venezolano, uno de los mejores del mundo en combate y contraespionaje” logró interceptarlos y por eso hoy hay más de dos mil presos y 16 muertos.
“La Unión Europea, Estados Unidos, los vecinos sudamericanos, el Papa, la ONU, entre otros, todos están mal, Maduro les guste o no ganó las elecciones”, ese discurso no va a cambiar, la sola idea del cambio provoca escalofríos al Cártel de los Soles; a los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez; a Vladimir Padrino o al mismo y temerario Diosdado Cabello.
Además, no importa si en las próximas elecciones las gana Trump o Kamala, es seguro que ninguno le va a tender la mano a Maduro, el mismo magnate fue de los primeros en reconocer a Juan Guaidó cuando se proclamó presidente interino y el gobierno de la hoy vicepresidenta ya reconoció a Edmundo González Urrutia como el ganador de las elecciones del pasado 28 de julio.
También, hay que señalar que en la región los otros gobierno de la izquierda no han apoyado abiertamente el triunfo de Maduro, excepto Cuba, Nicaragua, Honduras y Bolivia, pero La Habana y Managua son los maestros del Presidente venezolano y se entiende su postura, en el caso de Honduras la presidente Xiomara hace lo que dice su esposo Manuel Zelaya.
Zelaya, quien fue derrocado por tratar de implementar la reelección indefinida estilo Hugo Chávez. El caso de Bolivia, que es gobernada por Luis Arce un amigo íntimo de Maduro, no le puede fallar al “compa”, estos escasos apoyos son suficientes para qué Maduro siga aferrado a un poder que nunca ha sido suyo, siempre ha sido robado y que dejarlo destaparía una cloaca de corrupción y narcotráfico peor de lo que se vivía en Ecuador. O usted, ¿Qué cree?
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