Los lobos marinos ya no cazan en su hábitat natural, sino que persiguen las embarcaciones porque esperan ser alimentados.
La atracción que generan las distintas especies marinas y terrestres entre los turistas que visitan Los Cabos, junto con la promoción que hacen los prestadores de servicios para venderles la actividad, ha causado lesiones al acercarse demasiado a estos animales, ya que mantienen su instinto salvaje.
El biólogo Roberto Díaz Flores, director de Recursos Naturales y Vida Silvestre, informó que ya es una tradición y un atractivo turístico lo que ofrecen los lobos marinos, al haber sido acostumbrados por los mismos capitanes y marineros de las embarcaciones de renta en el puerto de Cabo San Lucas, quienes les avientan carnada viva al regresar de un día de pesca. Lo hacen porque al turista le gusta tomar videos o fotos, y esto es una promoción favorable del destino.
Sin embargo, comentó que los lobos marinos se han habituado a recibir alimentación de los prestadores de servicios turísticos, lo que los hace acercarse para que los turistas los vean de cerca. “En estos tiempos, los animales de la vida silvestre prácticamente están entrenados de manera muy general para que se acerquen”.
Ya no cazan
Actualmente, los lobos marinos ya no cazan en su hábitat natural, sino que persiguen las embarcaciones porque esperan ser alimentados. “Entonces, cuando ven una lancha, se acercan para pedir alimentos porque así los ha entrenado la misma gente, sin saberlo. Esta actividad está afectando el comportamiento natural de la vida silvestre”.
Indicó que lo mismo sucede con las aves. La gente les empieza a dar alimento, se acercan, las acarician y después las aves empiezan a robar comida, picar a los niños o defecar en los lugares donde la gente disfruta de un día de playa o de campo.
“Sabemos que los animales de la vida silvestre no llevan un control de sanidad como los animales que son mascotas. Además, no tienen vacunas, no los limpian constantemente y tienen ácaros. Por eso, acercarse a ellos es riesgoso. No es apropiado tener contacto con animales, como los lobos marinos, al darles alimento para que se acerquen.
Luego, el animal exige el alimento, se sube a las embarcaciones, a los muelles y agrede a las personas. Ese es el problema, incluso se han reportado lesionados por mordeduras”.
Enfatizó que es importante contar con un programa de capacitación para los prestadores de servicios turísticos para que ya no den alimento a los animales y no se acerquen cada vez más a la población, un problema que ha ido creciendo porque se ha generado desde hace tiempo.
Otra situación digna de mención es que se han estado introduciendo animales de la vida silvestre a la zona urbana en busca de alimento. Algunos están desorientados o enfermos.
“Principalmente se ven en casas particulares y hoteles. El manejo de esas especies requiere un permiso que se tramita en la Semarnat, para no violar el Reglamento de la Ley General de Vida Silvestre. Ninguna empresa en Los Cabos tiene ese permiso para manejar animales.
Como no tienen el permiso, significa que no tienen experiencia para manejarlos y corren el riesgo de maltratarlos o incluso de causarles la muerte. Sé que lo hacen con las mejores intenciones de rescatar a los animales, pero están cometiendo un delito al no contar con la autorización ni la capacitación para hacerlo”.
Dijo que en el caso de los animales domesticados, como el toro que agredió a una turista en una playa hace casi un mes, los propietarios son los responsables. Desafortunadamente, a veces se escapan de su corral y andan por lugares urbanos. Eso es responsabilidad de los propietarios y ganaderos. Si hay reglamentación, ellos están obligados a mantener el ganado fuera de la zona urbana.
Al finalizar, aclaró que si una persona resulta lesionada, la Asociación Ganadera cuenta con un seguro de daños. Lo único que hay que hacer es dar evidencia del incidente y se le paga al lesionado o al conductor el daño a su vehículo.
“Pero mucha gente no lo hace, piensan que es su culpa y se dan a la fuga. En realidad, el animal está ocupando zonas viales públicas. Existe un desconocimiento de ese tipo de seguros, pero sí existen. Eso no tiene que ver con la vida silvestre, solo se aplica en el caso del ganado”.
Verónica Gonzalez | El Sudcaliforniano
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