Para Donald Trump no hay otra salida a sus problemas legales más que ganar un segundo mandato.
Con la decisión del jurado de Nueva York que encontró culpable al expresidente Donald Trump de 34 delitos al tratar de sobornar a la exactriz del cine pornográfico, Stormy Daniels, los próximos días serán definitorios para el futuro de las elecciones estadounidenses, del próximo 5 de noviembre, donde se elegirá al nuevo huésped de la Casa Blanca.
Difícilmente el exmandatario, quien milita en el Partido Republicano, pise la prisión, porque cada uno de sus delitos es equivalente a cuatro años de condena –en promedio–, y no tiene antecedentes penales, pero hasta eso debe tratarse con pinzas, esas sanciones ya le están limpiando el paso a Trump para su retorno a la Presidencia, ahora en calidad de mártir.
Te puede interesar: “Disculpe usted, fue un error”
Hay otro escenario, donde la mayoría de los estadounidenses puede darle la espalda a Trump, porque si algo no perdonan es que les mientan, eso puede hacer la diferencia para que crezca o se apague la carrera política del magnate, quien no sólo tiene a sus espaldas el juicio de Nueva York, sino otros tres procesos más que pueden acabar de enterrar, al menos, sus aspiraciones políticas.
También, hay que tomar en cuenta que para Trump no hay otra salida a sus problemas legales más que ganar un segundo mandato, lo contrario lo coloca como un personaje mediático, pero débil políticamente, que dejará un precedente de corrupción, de que se negó en su momento a reconocer el triunfo de su rival demócrata Joe Biden, el 6 de enero de 2020, y que arengó a sus seguidores para provocar un caos.
Por lo pronto, Trump dice que está de acuerdo que se le castigue con prisión, pero dejó claro que, si toca la cárcel, “será un punto de quiebre”, o sea, está utilizando un doble discurso, que le reditúe en un buen capital político en las urnas. Hasta hace un mes el empresario inmobiliario dominaba todas las encuestas de intención de voto, pero Biden ha comenzado a recortar distancia.
El expresidente no tiene que suspender su campaña para las presidenciales, ya que la Constitución no establece ningún impedimento para ello, salvo requisitos mínimos, como tener más de 35 años, haber nacido en Estados Unidos y haber vivido en el país 14 años continuos. Por cierto, reúne todo lo solicitado.
Trump goza de un amplio respaldo de los republicanos y sus seguidores. Por eso su partido no ha dado señales de intentar cambiarlo como candidato, no hay una estrategia tras haber sido hallado culpable. En otras palabras, en este momento se hace lo que él diga y cómo lo diga, es por mucho el político republicano más poderoso.
Para muestra un botón, el equipo de campaña de Trump dijo que había recaudado más de 50 millones de dólares en pequeñas donaciones por internet en 24 horas, tras ser hallado culpable en un histórico veredicto que, aseguró, reavivó su apoyo "como nunca antes" a cinco meses de las presidenciales.
Si fuera elegido nuevamente, Trump podría, una vez que tomara posesión del cargo, en enero de 2025, ordenar el abandono de los procedimientos federales en su contra y no dude que es lo que espera hacer una vez instalado en el poder, no sólo eso seguramente continuará con la cacería que había iniciado con los Biden.
Lo que para cualquier político en el mundo, incluido Estados Unidos, significaría la tumba, Trump lo ha transformado en una medalla de honor, comparándose con prisioneros políticos históricos como Nelson Mandela y usando estos escándalos para reforzar ante sus seguidores la teoría de la conspiración según la cual existe un "Estado profundo" que busca cortarle la libertad.
Robert F. Kennedy, candidato que se postula de forma independiente para las elecciones estadounidenses, afirmó que la condena de Trump será un "tiro por la culata" para los demócratas porque reforzará la popularidad del republicano.
Te recomendamos: La cobertura informativa de las elecciones 2024
Pero el analista político Keith Gaddie, profesor en la Texas Christian University, sostiene que el impacto político de este proceso histórico todavía está por verse.
"Probablemente, no cambie muchos votos, pero en algunos estados específicos donde el voto es bisagra", es decir, que se inclina por uno o por otro candidato según la elección, "puede importar en los márgenes", afirmó.
Otro punto que no podemos perder de vista, es que si el magnate regresa al poder, es seguro que va a ser lo posible y lo imposible para llevarse las firmas estadounidenses que ya operan en México, tratará de que la industria China no se expanda más en suelo mexicano a través del nearshoring y de ser necesario impondrá gravámenes al acero.
Seguramente, elevará la presión para que la hoy nueva virtual presidenta de México, Claudia Sheinbaum, contenga y reciba a los migrantes irregulares que no le parezcan al hipotético gobierno de Trump, quien tiene como base de su campaña el rechazo a los flujos migrantes irregulares, casi como en su primera campaña.
Sheinbaum tendrá, sin duda, que lidiar con un personaje que hasta perdiendo gana y casi siempre se sale con la suya, bueno hasta ahora, porque nada es eterno y el ángel de popularidad de Trump puede perder sus alas, habrá que ver como el nuevo gobierno de México enfrenta esa posible piedra en el zapato. O usted ¿Qué cree?
Comentários