El tamaño como el poder de Live Nation en la promoción de conciertos están en el centro de una investigación.
El Departamento de Justicia estadounidense se está preparando para demandar a Live Nation por un caso antimonopolio que podría impulsar cambios importantes en la empresa más importante en la promoción de conciertos y venta de entradas.
La agencia se está preparando para presentar una demanda antimonopolio contra la matriz de Ticketmaster en las próximas semanas, alegando que el mayor promotor de conciertos de ese país ha aprovechado su dominio de una manera que socavó la competencia por la venta de entradas para eventos en vivo, según informó este martes el diario The Wall Street Journal.
“Las afirmaciones específicas que alegaría el departamento no se pudieron conocer. El gobierno federal optó por no intentar bloquear la unión de Live Nation y Ticketmaster en 2010”, recordó la publicación.
Y es que desde entonces la compañía ha enfrentado acusaciones de tarifas exorbitantes de boletos, servicio al cliente defectuoso y prácticas anticompetitivas por parte de legisladores, reguladores y fiscales generales estatales. Mientras tanto, los críticos de la fusión dicen que esta unión ha sofocado la competencia en la venta de entradas y que la empresa debería disolverse.
De hecho, tanto el tamaño como el poder de Live Nation en la promoción de conciertos, la venta de entradas y las salas están en el centro de una investigación del Departamento de Justicia que comenzó en 2022.
Dicha investigación cobró impulso en noviembre de 2022, después de que Ticketmaster colapsara durante una preventa para aficionados del “Eras Tour” de Taylor Swift.
Acuerdos debajo del agua
Por si esto fuera poco, la organización More Perfect Union también informó esta semana que existen documentos filtrados que demuestran que Live Nation ha hecho acuerdos secretos con proveedores para inflar artificialmente los costos de producción de los eventos y luego recibir dinero a través de "reembolsos" secretos, en un plan que les permitía pagar menos a los artistas y copromotores.
“Este esquema es posible gracias al monopolio que Live Nation tiene en la industria de eventos en vivo. Por eso es hora de regular a Live Nation”, sentenció.
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Qué dice la empresa
En un texto publicado en el sitio web de la empresa en marzo, el jefe de asuntos corporativos de Live Nation, Dan Wall, intentó defender a la empresa contra las acusaciones de que es un monopolio.
“Ticketmaster no fija los precios… Los artistas y los equipos sí lo hacen y están sujetos a una alta demanda y una baja oferta, mientras que la mayoría de las tarifas van a los lugares”, dijo.
Live Nation se fusionó con Ticketmaster en 2010, a pesar de los temores de la industria de que la empresa usaría su poder para obligar a los lugares a utilizar su nueva división de venta de entradas. La firma combinada se ha convertido en un gigante de eventos que se benefició del resurgimiento pospandémico de los eventos en vivo.
Actualmente Ticketmaster posee más del 80 por ciento del mercado de venta de entradas primarias en los lugares más grandes de Estados Unidos. Tiene contratos exclusivos de venta de entradas con muchos de los estadios y arenas donde actúan artistas de alto perfil, y es accionista mayoritaria de otras empresas en otros países, como la mexicana Ocesa.
“Ticketmaster tiene hoy más competencia que nunca, y los términos del acuerdo con las salas muestran que no tiene nada parecido al poder de monopolio”, dijo una portavoz de la empresa.
Esta nueva demanda del Departamento de Justicia estadounidense podría desbaratar un acuerdo que Live Nation alcanzó con el departamento en 2010 sobre la fusión de Ticketmaster. Se suponía que las condiciones del acuerdo expirarían después de una década, pero en 2019 las autoridades antimonopolio consiguieron que el acuerdo se extendiera hasta 2025, después de descubrir que Live Nation violó el pacto original al intimidar a los locales para que utilizaran su filial Ticketmaster.
El acuerdo revisado incluía una cláusula contra represalias que impide que Live Nation amenace con retener espectáculos si un lugar vende asientos a través de una empresa que no sea Ticketmaster. Live Nation estaría sujeto a una multa de $1 millón por cada violación de esa disposición, según el acuerdo.
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