Ser maestra mientras se protesta, es una tarea desgastante física y emocionalmente.
Daniela González Villalobos, maestra de tercero de kinder en el jardín de niños Revolución de 1910, en el municipio de La Paz, contó cómo ha sido su vida en los últimos días; al formar parte de las manifestaciones por parte del personal educativo del estado, mientras a su vez es docente y madre de familia.
Lo que está aconteciendo actualmente, significa una lucha por exigir los derechos laborales y, ante esto, comentó que "hasta el momento ha sido muy agotador, tanto mental como físicamente; sobre todo porque soy representante de mi escuela. Y a veces sí traigo conmigo a mis hijas, pero no se me hace correcto que ellas estén en las movilizaciones, aunque la necesidad apremia”.
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Su red de apoyo es la que la ha ayudado a salir adelante. Todo, de manera que no vulnere el bienestar integral de sus dos hijas; una de ellas acude a una guardería, mientras que su otra pequeña asiste a la escuela primaria.
"Ha sido complicado porque tengo que apoyarme de mi esposo, que no es docente, o de mi familia. Tanto los cuidados de las niñas, como irlas a recoger, en el caso de la que está en la guardería; me están apoyando y apoyan el movimiento…. Pero sí es algo agotador".
"Ellas tienen la necesidad de platicar conmigo; de jugar, de verme y de que yo les dé tiempo de calidad… Entonces, sí ha sido maratónico; desde muy temprano y terminar ya en la noche, ya que las duermo, y luego seguir con las labores del hogar", relató González Villalobos.
Dar clases mientras se lucha por derechos laborales
La rutina diaria actual de González Villalobos suele iniciar a las 6 de la mañana, para comenzar con su participación en las protestas. Al caer la tarde prepara sus clases, pues asegura no dejar a un lado la enseñanza de sus alumnos y alumnas; merecen recibir educación y tener la menor afectación posible, dijo la educadora infantil.
"Esa es mi mayor carga, he apoyado a mis niños a distancia, todos los días les estoy mandando actividades, cuadernillos, algunas tareas. De hecho, lo que hacemos es: unos días de paro, y de ahí regresamos un día a clases. No los hemos dejado totalmente solos".
"Y estos días de manifestaciones estamos en constante comunicación vía WhatsApp, para mandarles actividades. He grabado videos donde me pongo como si estuviera dando clases... Por eso te digo que sí es muy desgastante todo esto, porque es como si estuviéramos en pandemia", expresó González Villalobos.
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Situación económica ante el contexto educativo
El contexto económico actual pone de manifiesto que muchos habitantes a nivel nacional y estatal se ven en la necesidad de tener más de un trabajo para lograr conseguir los servicios básicos y una despensa digna en el hogar. Al respecto, González Villalobos señala que los últimos meses ha afrontado dificultades económicas.
"También he tenido algunos momentos de flaqueza que he sobrellevado junto con mi pareja. Por ejemplo, él tiene un segundo trabajo, un negocio; y yo tengo otro negocio aparte. Entonces, como dicen por ahí; un docente no debería tener un segundo empleo, debería alcanzar con su sueldo... Pero no es así, lamentablemente no es así", expresó.
Al decir tales palabras, González Villalobos refleja el cansancio que día con día se acumula; sin embargo, concluye enfatizando que la lucha persiste, y continuará alzando la voz por lograr un trabajo docente digno.
"Yo sé que tengo que exigir por mis derechos porque sé que nadie los va a hacer, pero también tengo esta responsabilidad para mis niños", manifestó.