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  • Foto del escritorGerardo Villafranco

Ser clientela electoral o ciudadanos, el dilema de los votantes: Jesús Ortega

Lo más peligroso es que en lugar de ciudadanizar volvemos a los tiempos de la clientela electoral.



El 2 de junio está en juego la posibilidad de que los votantes estén dispuestos a ser despojados de su condición de ciudadanos, o si le dan continuidad a los gobiernos que los reduzcan a la condición de mera clientela electoral, afirmó Jesús Ortega Martínez, expresidente nacional del PRD.


En la presentación de su libro 2004: El sufragio bajo ataque: Manual contra el clientelismo electoral, en coautoría con Rafael Hernández Estrada, que se realizó en una librería de Polanco, en la Ciudad de México, Ortega Martínez afirmó que el actual sistema presidencialista “ha destinado mucho dinero para levantar una red de agentes gubernamentales llamados "Servidores de la Nación”.



El perredista mencionó que con este esquema que implementó Andrés Manuel López Obrador desde antes de rendir protesta ante el Congreso de la Unión como presidente constitucional, el 1 de diciembre de 2018, “se ha tratado de revertir el proceso de ciudadanización que experimentó México para regresar al antiguo método del clientelismo electoral”.


En palabras del expresidente del PRD, “el mecanismo donde el presidente entrega dinero del erario a cambio del voto, lo mismo que ocurrió en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari con el Programa Nacional de Solidaridad (Pronasol), personaje que tanto ha criticado López Obrador, pero que en el fondo son muy parecidos”.


“Si logramos impedir la existencia de los Servidores de la Nación o, en su caso, aplicamos el antídoto para frustrar sus propósitos, entonces podríamos recuperar, en gran parte, el derecho al voto libre y encauzar a México por el rumbo de una nación democrática”, sostuvo.


Ortega Martínez expuso que en el último mes se ha visto que lo sustantivo de la campaña electoral de la candidata presidencial de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum, consiste en una simple “operación de mercado”, en donde “la candidata ofrece entregar subsidios gubernamentales para aquellos ciudadanos que viven en condición de pobreza, ello a cambio de su voto, de su derecho a decidir y de su libertad”.


Rafael Estrada detalló que el gobierno México tiene un esquema de “patrón, clientelas e intermediarios”, en donde “López Obrador y su grupo en el poder es el patrón, que a la vez tiene una estructura de intermediarios, que con los llamados Servidores de la Nación, con sus respectivos jefes que nombra directamente el presidente, que tienen un fin netamente electoral”.


“Son un ejército de 20 mil trabajadores, que evidentemente cobran de la nómina federal, pero que son comandados por 32 delegados en las entidades federativas y por 266 coordinadores regionales. Toda esta estructura está territorializada de acuerdo con los distritos federales electorales y las grandes ciudades del país”, apuntó.


El también asesor parlamentario subrayó que estos servidores públicos son los responsables de integrar a los beneficiarios de los programas sociales que son opacos, arbitrarios, y en donde, incluso, “según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en el padrón de apoyo a adultos mayores hay aproximadamente 600 mil personas más que la población total de personas adultas mayores en el país”.


Jesús Ortega señaló que el total del presupuesto que se ha destinado a esa “estructura clientelar, con disfraz de programas sociales”, es de 2.5 billones de pesos en los últimos cinco años.


“Lo más peligroso es que en lugar de ciudadanizar, como debería de ser en el desarrollo democrático de México, volvemos a los tiempos de la clientela electoral”, sostuvo quien fue coordinador general de campaña de López Obrador en los comicios presidenciales de 2006.




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