La página del C5 cuenta con apartado para consultar el porcentaje de las cámaras en servicio.
El C5 de la Ciudad de México cerrará esta administración con la renovación de 700 videocámaras, para lo cual usará fondos federales y con ello el número total de esos aparatos instalados en la capital sumarán 73 mil aproximadamente y mejorar la observación virtual, adelantó Mario Pavel Díaz Román, director general de Gestión Estratégica de ese organismo.
El funcionario impartió virtualmente la ponencia “Tecnologías para la Gestión Integral de Riesgos en la Ciudad de México”, en la que opinó que son viables los planes presentados por candidatos a la jefatura de gobierno local, a fin de convertir a la capital del país en la más videovigilada de todo el continente.
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La plática fue parte del panel Recursos Digitales para la Seguridad y Gestión de Riesgos en las Ciudades, organizado por el Programa Universitario de Estudios de la Ciudad de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El especialista recordó que el proyecto de instalar cámaras de videovigilancia en la capital nació en 2009, el personal del entonces Gobierno del Distrito Federal montó las primeras, modelo 8K, en esquinas del Centro Histórico; la segunda fase llegó de 2012 a 2013 cuando entraron en servicio los aparatos 7K y en 2017 las que colocaron fueron 1.5 K y con el inicio de esta administración pusieron las denominadas 360.
El ponente dio a conocer que postes de la capital del país todavía cuentan con videocámaras 8K, a las cuales están en reemplazo, ya que al C5 le cuesta mucho trabajo operarlas y repararlas por el costo de las refacciones, son obsoletas tecnológicamente y lo que los técnicos hacen es rescatar sus componentes electrónicos para arreglar las que fallan.
Agregó que la página del C5 cuenta con apartado para consultar el porcentaje de las cámaras en servicio y las que presentan fallas son alrededor de 3 por ciento y los datos están en actualización diaria.
El personal del organismo da mantenimiento preventivo a los equipos por lo menos dos veces al año y el correctivo es cuando registran fallas, como la interrupción del enlace con la mega banda ancha que les surte de datos; otra es por carencia del suministro eléctrico proporcionado por la Comisión Federal Electricidad, pero el C5 mitiga esta situación con la operación emergente de baterías de litio que dan servicio por lo menos una hora.
Al iniciar el gobierno actual, mencionó que la Ciudad de México tenía alrededor de 15 mil aparatos de ese tipo instaladas, ahora son alrededor de 73 mil, por lo que comparó el funcionamiento del sistema del C5 con la metáfora medieval de ser como “La Mano de Dios” o la computadora de un automóvil, cuyo funcionamiento es distribuir funciones y controlar los subsistemas que están presentes en el vehículo.
En el caso de las videocámaras, admitió que no hay una cobertura de ellas en toda ciudad, pero si una parte no menor de las esquinas capitalinas tienen postes del organismo y captan información sistemáticamente de lo que qué ocurre en esas ubicaciones puntuales.
“Nosotros tenemos la posibilidad de captar desde un panal de abejas, la mordedura de un perro hasta un homicidio por arma blanca o un homicidio por arma de fuego, una fuga de gas, árboles caídos, pues básicamente nosotros estamos captando toda la complejidad urbana y la redujimos en los siguientes agrupamientos: delitos y delitos de alto impacto, faltas cívicas, servicios, atención médica y emergencias, cada uno de estos agrupamientos se desagrega y hace que tengamos un catálogo de 437 motivos”, explicó Díaz Román.