El gasto en salarios, prestaciones y remuneraciones fue mayor a lo que se destinó en obras insignia en el primer trimestre.
De cara al final del sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador no sólo abrió la llave del gasto en inversión física para culminar sus principales obras de infraestructura, sino también dejó de lado la austeridad republicana y elevó el gasto de servicios personales para los burócratas.
Cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) muestran que en los tres primeros meses de 2024, el gobierno destinó al pago de viáticos, salarios, prestaciones y remuneraciones a las oficinas del gobierno 364 mil 641 millones de pesos. Se trata de la cifra más alta para un mismo periodo desde 2021, así como un alza de 2.9 por ciento en términos reales respecto al mismo trimestre de 2023.
La austeridad republicana fue impuesta por el presidente López Obrador bajo el argumento de acabar con los privilegios de funcionarios de sexenios pasados y así tener un ahorro que sirviera para otras partidas presupuestales o programas.
Con ello se hicieron recortes de personal, disminuyeron prestaciones laborales y salarios, o se limitó la contratación de servicios para remodelaciones o mantenimiento de las instalaciones de trabajo.
Fue tal la austeridad de la denominada Cuarta transformación que en organismos como la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) y la Secretaría de Economía (SE) se hicieron conteos del número de fotocopias autorizadas por cada empleado o se exhortó a los colaboradores a evitar cargar celulares o dispositivos electrónicos externos con el fin de ahorrar energía.
Todo esto, mientras se mantuvo la tendencia en el gasto sobre prestaciones, ya que de acuerdo con la SHCP, durante el primer trimestre del año el gobierno gastó alrededor de 114 mil 946 millones de pesos en prestaciones para los servidores públicos de todas las dependencias.
Tan sólo en las remuneraciones ordinarias, como seguridad social, prestaciones por retiro, primas de antigüedad, aniversario de trabajo o conmemoraciones laborales, se registraron gastos por más de 89 mil 191 millones de pesos.
En el rubro de remuneraciones extraordinarias el desembolso fue por cerca de 25 mil 755 millones de pesos. Aquí se encuentran las compensaciones por años de servicio, productividad y eficiencia, puntualidad o empleado el mes. Incluso, existe una partida para “gratificaciones por renuncia” o por laborar en zonas marginadas, insalubres o de alto riesgo.
“No hay un cambio importante en la tendencia del gasto en servicios personales frente a otras administraciones, no hay cambio que reflejo un intento no sólo por estabilizar las finanzas, sino por reducir este tipo de gasto”, dijo Diego Díaz, coordinador de finanzas públicas del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
En entrevista con El Sol de México, el experto detalló que mantener este nivel de gasto será complicado para la siguiente administración federal, debido a que se prevé un mayor déficit fiscal, aunado al incremento en el gasto por el pago de pensiones.
“Este año, el gobierno dejó a un lado la disciplina fiscal que mantuvo durante los primeros años de la administración. El nuevo gobierno, por lo menos en su primer año, y en ausencia de una reforma fiscal, tendrá que contener el gasto”, precisó.
Te puede interesar: Sader pide a la SHCP más de 10 mdp para comprar aires acondicionados
Alejandra Macías, directora ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), consideró que este gobierno ha sido selectivo en cuanto a cuáles dependencias se les debe aplicar la austeridad y a cuáles no.
“Algunas instituciones se han debilitado en presupuesto, pero otras como Sedena, Pemex y Bienestar que tienen más de lo que se les ha aprobado, lo cual refleja una mala planeación”.
Sobre el gasto en inversión física, en los primeros tres meses de este año se observó un aumento para culminar las principales obras de infraestructura de este gobierno como el Tren Maya, la Refinería de Dos Bocas, entre otras.
Las cifras de la SHCP indican que en los primeros tres meses del año, el gasto en inversión física fue de 224 mil 980 millones de pesos, un incremento anual de 23.3 por ciento y el monto más alto para un mismo periodo desde 2016.
Para Macías, si bien el gobierno abrió la llave del gasto en este primer trimestre, la inversión sigue baja y concentrada en el sector energético, lo que ha dejado desprotegidas otras áreas que requieren este gasto de inversión como educación.
Comments