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Foto del escritorAlfonso López Orrante

Bukele encuentra nuevo enemigo

El mandatario dijo en la red social X, que combatirá las “mafias” empresariales que alteran los precios de productos.



Parece que el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, se acaba de dar un balazo en un pie, después de anunciar que su guerra contra las pandillas prácticamente ha terminado y está ganada, pero ahora se centrará en los inversionistas para romper con los oligopolios en alimentos que impactan a sus gobernados.

El mandatario dijo en la red social X, que combatirá las “mafias” empresariales que alteran los precios de productos y encarecen el costo de vida en El Salvador. “Ahora que, para sanear la economía y salir de la pobreza, hemos decidido ir contra los cárteles oligopólicos y las mafias, vuelven a surgir los ataque y las condenas” contra el gobierno, dijo.


Las amenazas son por la crisis que enfrenta El Salvador por los precios de los alimentos. Según reportes de la prensa local, la canasta básica alimentaria urbana alcanzó los 256.56 dólares en mayo de 2024, un aumento de 3.51% respecto a los 247.86 dólares registrados en mayo de 2023.

En pocas palabras, Bukele instó a los "importadores, mayoristas, distribuidores y comercializadores de alimentos" –llámense empresarios– a parar "los abusos" con los precios, lo que ha provocado reacciones de ellos en los medios de comunicación.

Que no se le olvide al mandatario salvadoreño como la ruptura del régimen de Nicaragua, que encabeza Daniel Ortega, con los empresarios, terminó en una fuerte revuelta que sumió en la pobreza extrema a la mayoría de los nicaragüenses.

Pero más bien Bukele hace oídos sordos y en plena ofensiva lanzó una nueva amenaza: "voy a hacer un llamado (...) como el que hicimos a los pandilleros en 2019", que "paren de matar o que no se quejen después", que "paren de abusar del pueblo salvadoreño (con los precios) o que no se quejen después".

Destacó en X que en 2019, cuando anunció la "guerra contra las pandillas" recibió "muchísimos ataques y condenas" de la comunidad internacional, con sus "ideologías" en un "país que desconocen". O sea que poco le importa la crítica del exterior e interior a sus medidas, él no se va a detener.

"No los escuchamos y convertimos al país más inseguro del mundo en el país más seguro de todo el hemisferio occidental", destacó Bukele, quien gobierna sin contrapeso de poderes. Él controla todo lo que se hace y se deja de hacer. Pero esta nueva decisión le puede costar muy cara, porque los dueños de los dineros ya pueden estar haciendo maletas para salir de El Salvador.

No hay que olvidar que Bukele gobierna bajo un régimen de excepción, que le sirvió para desarticular a las pandillas o maras que tenían los niveles de violencia en un punto extremo en El Salvador, hoy al menos 70 mil pandilleros están tras las rejas. Por lo tanto, es tiempo de crear nuevos rivales para seguir manteniendo los niveles de popularidad altos.

Esa popularidad ayuda a que no se cuestione nada de lo que hace Bukele, como lo hace y a quién se lo hace con el “supuesto único” fin de ayudar a la sociedad a salir de la extrema pobreza en que se encuentran la mayoría de los salvadoreños. De hecho, fue una de sus promesas de campaña para su segundo mandato.

Por eso el “cártel de los inversionistas” es el rival, a modo, si no acatan la nueva orden, existe la posibilidad de estatizar las marcas que sean necesarias y mejor convengan al estado para que los precios de la canasta bajen a como mejor convenga a Bukele y a sus “gobernados”.


El mandatario, que inició su segundo mandato el 1 de junio, fue claro en sus expectativas: “Espero que mañana los alimentos estén a precios más bajos de lo que están ahora (...) no es broma”.

Subrayó que se han identificado abusos y que aquellos involucrados están confiando en la falta de sanciones penales, pero recordó que muchos están fichados por evasión fiscal, sobornos y contrabando, delitos que sí conllevan penas.

Lo cierto es que el pequeño país de América Central afronta una situación económica crítica, que golpea especialmente a las clases vulnerables, con una pobreza extrema que pasó de afectar a 5.6 por ciento de la población en 2019, el primer año de Bukele, a 8.6 por ciento en 2022, según los últimos datos oficiales. Además, una de cada tres personas es pobre.

Según una encuesta de la consultora Fundaungo de fin de 2023, siete de cada 10 personas en El Salvador señalan que la economía es el problema más grave que enfrenta el país actualmente, y apenas 4.4 por ciento mencionó problemas vinculados con la inseguridad, que encabezaba la lista en 2021. El costo de vida es la prioridad: 63 por ciento declaró que aumentó “mucho” el año pasado.

Es más que claro que los dueños de los dineros en El Salvador no están en sintonía con Bukele, eso es muy peligroso, porque él podrá tener todo el control de los poderes en su país, pero si a un inversionista no le convienen las condiciones del gobierno, entonces levanta su carpa y se muda a otro país, peor aún, ahuyenta la llegada de nuevas inversiones. O usted, ¿Qué cree?

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